viernes, 29 de julio de 2011

NUESTRO TRABAJO



La A.B.A.P. (asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra), fue creada en febrero de 1998 para luchar contra los T.C.A. (trastornos del comportamiento alimentario). Su junta directiva está formada por familiares de personas que padecen  o han padecido problemas de alimentación.

La asociación tiene una labor social y un programa terapéutico específico para personas con trastornos alimentarios y su familia. Actualmente consta de 367 socios de toda la provincia de Pontevedra y en numerosas ocasiones recibimos a personas de la provincia de Orense, por lo que hemos creado una asociación allí con la que compartimos la Junta Directiva.

Se han llevado a cabo este año numerosos proyectos, campañas de prevención en centros escolares, asociaciones vecinales, centros de información de la mujer, concellos y todos aquellos lugares donde se tenga una amplia difusión, acrecentando así nuestro objetivo y finalidad.

Investigación, asesoramiento y el tratamiento multidisciplinar, específico y especializado, ya con díez años de experiencia. Y con un 80% de éxito en un tiempo, nunca mayor de un año.


Desde la Asociación de Bulimia y Anorexia de Pontevedra y Sur de Orense hemos llevado a cabo un estudio de investigación, subvencionado por la Diputación de Pontevedra, con una población de 1800 alumnos, que refleja en sus resultados preliminares unas cifras preocupantes en la provincia de Orense y Pontevedra donde el 85% de la población de entre 12 y 16 años o algún miembro de su familia ha hecho dieta. Que en un 70% de los encuestados no están a gusto con su cuerpo y que presentan un 65% una baja autoestima y de percepción de sí mismos.

A pesar de los fallecimientos reiterados de modelos y personas anónimas la situación no ha cambiado, trece años después los casos se han cronificado, los hombres se han incorporado a esta problemática con mucha fuerza y las exigencias personales, físicas y sociales en la mujer son mayores.

Nuestra sociedad continúa promoviendo, intensificando y manteniendo la delgadez extrema. Nuestros problemas no vienen de una maldición bíblica, sino de la irremediablemente frágil condición natural y de disparates y abusos que las sociedades consienten. La primera, fuente de males no admite enmienda, pero la otra ciertamente sí.