viernes, 11 de noviembre de 2016

ACEPTARNOS A NOSOTROS MISMOS: LA ÚNICA RAZÓN DE PESO

Suena el despertador en tu habitación, lo apagas y te levantas a la primera, eres una chica muy responsable. Como cada mañana, sabes que debes ir al baño, pero no quieres hacerlo. Esa sensación de inquietud que empezó siendo un murmullo crece más y más en tu interior, condensándose el miedo, la vergüenza, la insatisfacción. Sabías que llegar a ser perfecta no sería fácil, todavía te queda una larga lucha contra ti misma, contra el hambre, contra la comida; deseas conseguir ese cuerpo perfecto, sabes que puedes llegar a ser mejor que la mismísima Angelina Jolie si tuvieras más fuerza de voluntad. Pero eres débil. No puedes evitar mirarte al espejo, y tu voz interior no para de gritarte todos tus defectos, que siempre comes demasiado, que te sobra por todas partes. No entiendes por qué los demás te molestan tanto con este tema, ya tienes suficiente con las recriminaciones a ti misma, ellos son un recordatorio constante de lo mal que lo estás haciendo, no comprenden que necesitas sentirte ideal. Pero nunca es suficiente. No como esa chica rubia de tu clase, delgada, simpática, con buenas notas… ella sí es una verdadera belleza, una auténtica princesa de cuento, podría ser modelo. En el fondo de ti misma desearías al menos ser como ella. Es normal que no se fijen en ti, tú tampoco lo harías. Empiezas mil dietas diferentes, buscas consejos por internet y compras pastillas para adelgazar, esperando que sean las definitivas. Debes afrontar un nuevo día, otro nuevo día en el que la distancia entre tú y los Ángeles de Victoria’s Secret  se convierte en un nudo monstruoso en tu estómago, en tu cabeza y en tu corazón. Todos quieren que pares, pero tu intención es seguir. 

Somos nosotros los que no podemos permitir que este tipo de reflexiones se repitan una y otra vez en tu mente, en las mentes de miles de mujeres, y cada vez más también de los hombres. Los cuerpos perfectos fijados por la sociedad te destruyen, no debemos confundir la disciplina con la obsesión, ni la belleza con la moda. No dejes que la comida se convierta en tu cárcel, vive nuevos retos, busca tus verdaderos sueños; tienes mucho potencial dentro y fuera de ti misma, ¡sácalo! Atrévete a ser tú misma, y mírate ahora por primera vez en ese espejo no como la  princesa que anhelas ser, sino como una reina, porque sólo tú tienes el poder de  crear y gobernar tu propio mundo. Basta de complejos, de que los medios te digan lo que debes y no debes comer, de obligarte a no disfrutar de una pizza. Te encanta el chocolate, ¡siente su sabor! Basta de que la sociedad te dicte que debes estar delgada para tener éxito, tu cuerpo no te define; tienes una cabeza y un corazón listos para ser usados, para sorprender y encantar a todo el mundo, pero sobre todo a ti misma. Solo te falta un único ingrediente: creer que lo puedes lograr, tal y como lo hacen todos los que te apoyan. Nunca estarás sola.


Alba Acebedo González